Carlos David Obando Sanipatín, cuenta su experiencia dentro de AIESEC y como está cambió su vida.

En el momento de referirme a este año en el cual he sido parte de AIESEC, regresa a mi memoria muchas actividades emocionantes, divertidas, cansadas, e incluso agotadoras, muchas vivencias tanto positivas como negati

vas. Al referirme a mi propia experiencia como miembro de la organización, se captura en mi memoria la frase que una vez escuché de alguien muy preciado para mí: “AIESEC es una relación. En momentos tormentosa y con problemas. Pero no por eso deja de ser bella”, una idea que a mi perspectiva logra captar muy fielmente lo que significa ser parte de AIESEC.

Mi inclusión dentro de esta organización, realmente empezó aproximadamente dos años atrás, y en esto he de precisar, no exactamente al ser parte oficial de la organización, sino al momento de conocer a aquellos que sí eran parte de la organización, puesto que a esa temporalidad, personas que hasta la fecha son muy valiosas para mi, habían decidido entrar en la “relación” que involucra ser parte de AIESEC.

Si tendría que describir en una palabra mis motivaciones para entrar y embarcarme en esta experiencia, sería “cariño” o “amor” hacia aquellos que son tan importantes para mí.

“AIESEC es una relación. En momentos tormentosa y con problemas. Pero no por eso deja de ser bella”

De esta manera inicié mi propia experiencia “AIESECa”. Desde entonces, es importante mencionar, que en lo que respecta a adquisición de conocimientos, siempre estuve inmerso en un perpetuo aprendizaje, no necesariamente de actividades de marketing, sino muchas otras enseñanzas, que fueron capaces de fortalecer mi carácter y hacerme crecer como persona.

A lo largo de este último año en el que puedo dar fe que muchas cosas han cambiado, agradezco a la organización firmemente pues, me ha otorgado experiencias, vivencias, amistades que enteramente me han hecho crecer como persona, como individuo, como profesional.

Me ha mostrado lo que soy capaz de hacer: Realicé un evento a nivel nacional e, incluso, fui el encargado de mi propia área. En todos estos momentos pude aprender muchísimo de estructura organizacional, fui capaz de realizar muchísimas cosas que conjuntamente con otras actividades ajenas a la organización, me dieron un mayor nivel de madurez, dejando en mí grandes lecciones y enseñanzas que quizás no habría podido poseer si no fuera por AIESEC.

Por tal motivo, invitó a todas aquellas personas que quieran realizar un cambio en la sociedad y en sus vidas, a formar parte de esta increíble organización de jóvenes